Pregunta para Parlamento de las Islas Baleares

¿Por qué no se ofrece a los jóvenes más información sobre el cáncer para poder así diagnosticarlo de manera precoz?

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Patricia Sam Pregunta de Patricia Sam

Soy Patricia, soy de Menorca y soy superviviente de un linfoma de Hodgkin.

Todo empezó cuando tenia 17 años. Yo siempre me ponía enferma muy a menudo y los doctores me decían que simplemente era un resfriado o una alergia y me mandaban ibuprofenos o antihistamínicos.

Una de las veces que me puse muy enferma no acudí al médico porque tenia un examen por la mañana. Después de unas horas en el instituto me desmayé y me desperté en el hospital.

Ese mismo día me dieron de alta diciéndome que los ganglios que tenía inflamados eran debido al crecimiento y que me tomara un par de ibuprofenos y que si no mejoraba que fuera al médico de cabecera.

No mejoró y yo no podía soportar el dolor en el lado derecho del cuello. Cuando me vio mi médica de cabecera me envió enseguida a la hematóloga, que enseguida lo movió todo para que me hicieran una biopsia. Allí se confirmó lo que me estaba pasando: tenia un linfoma de Hodgkin estadío III. Me estaba dañando los órganos vitales como el bazo, el hígado y la médula.

Las sesiones de quimioterapia empezaron muy rápido y mi cuerpo empezó a responder muy bien al tratamiento. Tras finalizar las doce sesiones de quimioterapia me hicieron un TAC de revisión en el que aparecía una masa en el pecho que creían que era también tumoral. Me enviaron a Palma de Mallorca porque en Menorca, de donde soy no tenían la maquina que necesitaba, un PET TAC. Vieron que eran residuos y que no tenia que hacer ningún otro tratamiento.

Desde ese momento no he tenido ninguna novedad mas, siempre he ido a las revisiones periódicas y siempre han salido todas las pruebas y los análisis correctos. Estoy curada.

En mi familia no había nadie que hubiese tenido cáncer. Con esta experiencia vi que lo primero en lo que se piensa cuando te dicen la palabra cáncer es en la muerte. Siempre pensamos que le puede tocar a otra persona, pero no a nosotros. Fue una bofetada de la vida en la que aprendí a valorar todo. Estaba en plena adolescencia, y mi vida dio un cambio radical. Aprendí a valorar todo lo que me rodeaba y fui muy positiva durante todo el tratamiento.

Además, debido al tratamiento tan agresivo que me dieron me informaron de que seguramente no podría tener hijos. En ese momento me daba igual. Pero, gracias a Dios, tengo dos hijas preciosas que han nacido sin ninguna complicación.

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