Mi nombre es Eve, soy maestra desde hace 6 años y, puedo contarles sobre cada una de las experiencias que me regala el “ser maestra”. Sin embargo, esta vez nos centraremos en los prejuicios y valoración que hay sobre la labor de los profesores y profesoras.

Cuando me estaba preparando para ser profesora, recuerdo haber sido muy cuestionada por mi elección y, por el futuro que me podría esperar. Eso fue algo que me marcó y por lo que me he dedicado a cuestionar los preceptos que la sociedad tiene sobre la labor que realizamos. Aquellos que van acompañando año tras a año a cada estudiante de educación: “altas horas de trabajo”, “sueldo mínimo” … entre otros.

Es así como decidí abrir un espacio en el que podamos conectar nuestras experiencias para empezar a ayudarnos. Aquel lugar seguro que todas las profesoras y profesores necesitamos. Es así que nace Miss Eve, en donde ya llevo 5 años acompañando a maestras que se sienten inseguras, a maestras que recién van a empezar en la profesión y otras profesionales que también sienten ansiedad ante un aula de clases. 

Así nace #MaestrasAyudandoMaestras

A partir de estas experiencias es que he podido conocer la falta de espacios de escucha y de contención para docentes de todo el país. La sociedad parece olvidar que antes de ser profesoras y profesores, somos persona como cualquier otra.

Ya es hora de resignificar la mirada hacia los docentes peruanos, escuchar sus voces, experiencias y sugerencias. No se trata netamente de exigir.

Desde que abrí el espacio de Miss Eve, he alzado mi voz por la educación y por las mujeres docentes peruanas. Siempre he tratado de estar preparada y obtener más conocimientos para compartirlo con esta comunidad que se ha creado, pero me he dado cuenta que solas no podemos. A mi me encantaría tener más espacios para realizar capacitaciones, talleres y charlas. Así también que se sumen más instituciones y empresas que estén interesadas en defender la labor docente, que nos ayuden consiguiendo especialistas en diferentes temas y que nosotras, las maestras, podamos sentirnos seguras antes o después de una experiencia de clase.

Es por eso que hoy quiero iniciar esta campaña, ya es hora de cambiar esa mirada sacrificada que tenemos sobre las profesoras y profesores. Es hora de que la sociedad nos reconozca como personas, con necesidades más allá de la de enseñar. 

Es una vocación, sí, pero eso no significa que debamos dejar nuestro lado humano para poder desempeñarla.

Para que esta petición tenga más visibilidad y pueda llegar a los oídos adecuados necesito tu ayuda. Solo tienes firmar haciendo click en “APOYAR” y difundiendo esta campaña con todos tus contactos de redes sociales. Necesitamos que nuestros reclamos sean escuchados. ¡Cada firma cuenta!