Hola Mikel! la verdad es que es difícil saber si estamos ante la tormenta perfecta o bien frente a la constatación que la cuestión catalana és tambien, y sobretodo, la cuestión democrática de España.La negativa de aceptar el principio que Catalunya, o Euskadi, será aquello que sus ciudadanos democráticamente decidan constituye una enorme debilidad de la democracia española. Vistas las reacciones de tantos, a izquierda y derecha, puede llegar a ser ingenuo quien piense que vamos a encontrar una vía dialogada y acordada para encauzar democraticament nuestro derecho a decidir. Pero no hay més remedio en democracia que sentarse a discutir. Cuando más se tarde, más difícil va a ser.encontrar el como. Sin lugar a dudas. Pero al final  se trata una cuestión política y democratica que exige dialogo y acuerdo. Y si la mayoria de los catalanes, o los vascos, desean la independencia, habrá que reconocerlo,aceptarlo y pactarlo. gracias!