Soy Berta Llerena Ríos, tengo 49 años y vivo en el distrito de Comas (Lima). También, soy madre de Alex y Abraham, dos muchachos con trastornos del espectro autista (TEA). A través de esta petición que impulso en Osoigo Perú, quiero concientizar sobre la discriminación de niños autistas en los centros educativos y cómo encontrar ayuda para mis dos hijos.

La situación es muy difícil para los tres. Mi hijo mayor, Alex Chang Llerena, que también sufre de fibromialgia, ha luchado toda su vida contra la discriminación en centros educativos y contra el sistema de aprendizaje que deja al margen a los niños discapacitados y con condiciones cognitivas. 

Desde la educación inicial, Alex tenía problemas para comunicarse y no se relacionaba con sus compañeros debido a su trastorno. A pesar que algunas y algunos docentes entendían las circunstancias por las que atravesaba Alex, la mayoría de sus compañeros de clases y los padres de familia no comprendían las condiciones de mi hijo.

A pesar de estos obstáculos, nunca nos rendimos. Siempre busqué el bienestar de mi hijo y Alex lo entendió. Él demostró ser un alumno listo y aplicado y con notas sobresalientes. Incluso, en numerosas ocasiones, ganó concursos y becas, compitiendo —siempre— con personas sin discapacidades en aprendizaje. 

Mi hijo ahora se dedica a la escritura y la poesía. Su habilidad lo llevó a publicar su poemario llamado Entropía, libro que fue reconocido por la Casa de Literatura Peruana en el 2019 y que tuvo el honor del llegar a manos del Premio Novel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Además, él ha sido entrevistado para diversos medios de comunicación de todo el Perú. 

Actualmente, Alex tiene el deseo de culminar una carrera universitaria, pero el sistema educativo de este país no lo permite. Mi hijo menor, Abraham Chang, es el más afectado. Él padece de autismo severo y las instituciones educativas no acepta a personas con esta discapacidad. 

La pandemia por la COVID-19 empeoró nuestra situación. Alex está en tratamiento psiquiátrico indeterminado y Abraham no cuenta con ayuda para continuar con su educación. Aún sigo luchando. No me rindo. Soporto una discapacidad física severa en mi cadera, pero no me siento limitada. Cuido a mi mamá de 81 años y amo a mi familia. 

Muchas madres como yo esperamos facilidades y mejoras en la educación de nuestros hijos con autismo y otras discapacidades. Mi deseo es que colaboraren con esta campaña dándole click en el botón de «APOYAR», llenando el formulario o firmar con tu cuenta de Facebook. 

El proceso es sencillo. Si logramos juntar todas las firmas requeridas, las autoridades peruanas tendrán que darnos una respuesta a través de Osoigo.com. ¡No más discriminación para los niños ni las personas autista en el Perú!