Pregunta para Cortes de Castilla y León

Alicia irá a prisión porque su hija no quiere ver a su padre. ¿Por qué en vez de escuchar a la niña y estudiar las causas de su rechazo, culpan a la madre, cuyo único delito ha sido acudir a las visitas que le imponían?

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Desde SOMOS + queremos exponer el caso de Alicia Espinosa Martin, una mujer a la que han condenado por desobediencia y, si nadie lo remedia, dentro de un día entrará en prisión por ello. 

Alicia denunció a su pareja por violencia de género en 2015. Después de ello, su hija, de 9 años de edad, lleva años negándose a ir a sus visitas con el padre. Durante el tiempo que ha durado el periplo judicial, nadie se ha preocupado de saber el motivo real por el que la niña rechaza a su progenitor. En el último juicio, el juez ordenó investigar el caso, pero culpando sistemáticamente a la madre de la negativa de la menor. 

“Sufrí, sufrí mucho desde el momento que él llegó a mi vida, he soportado guantazos, insultos y palizas por no abortar.”– comenta Alicia.

La Administración y la Justicia se han preocupado de que las visitas al padre se cumplan a rajatabla, sin darle importancia a que el padre haya estado, supuestamente, maltratando a la niña. El asunto llegó a tales términos, que obligaron a Alicia a firmar una conformidad penal, reconociendo algo que ella sabía que no era verdad, bajo la implacable presión de la imposición de una condena mayor.

“Hija, ocho años han tardado en meterme presa, tú que me decías que tu padre te pegaba porque yo te obligaba a ir con él, y hoy entro en la cárcel porque no te he obligado a quedarte con tú padre, ese al que no llamas padre si no por su nombre de pila.” Afirma Alicia en una carta. 

Cuando la madre llevaba a la niña en APROME para acudir al cumplimiento de las visitas, la niña se negaba rotundamente a entrar. Los técnicos presionaban a la madre diciéndole que era obligación de ella convencer a su hija para cumplir con las visitas.Qué era obligación de la madre, entonces, ejercer de mediadora (trabajo que se supone que tienen que hacer los propios técnicos de APROME) para conseguir que la niña entrase a ver a su padre.

Ha habido una negligencia por falta de investigación de los motivos por los que la niña no quiere ver al padre. En vez de detectar la raíz del problema, han preferido señalar a un culpable, en este caso la madre. Esta mujer, si nadie lo remedia, entrará mañana a la cárcel con una pena de 6 meses por no haber cometido más delito que llevar a su hija al punto de encuentro (APROME), donde la niña, se niega una y otra vez a irse con su padre.

Desde SOMOS +, denunciamos esta situación y hacemos un llamamiento a estudiar las causas del rechazo de la niña, en vez de señalar a un culpable y que la madre tenga que pagar por ello. 

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