Pregunta para Parlamento de Andalucía
Viví años sin diagnóstico y ahora que sé que tengo fibromialgia, lucho a diario para tener una vida digna. ¿Por qué no se nos da la visibilidad y apoyo que necesitamos
Me llamo Antonio, tengo fibromialgia y la llevo conmigo todos los días de mi vida. A lo largo de los años, los síntomas fueron apareciendo poco a poco, pero nunca imaginé que lo que estaba viviendo tenía un nombre. Comencé con dolores musculares que no desaparecían, sobre todo en las piernas y en la espalda baja. Pensaba que era algo temporal, que se debía al estrés o al trabajo físico. Pero cuando los dolores se volvieron persistentes y empecé a sentirme constantemente agotado, supe que algo no estaba bien.
Fue entonces cuando decidí ir a ver a un especialista. Me dijeron que todo era por ansiedad o incluso por una mala postura, pero los tratamientos no funcionaban y el dolor continuaba. Llegué a sentirme totalmente incomprendido. No entendía cómo los médicos no podían darme una respuesta clara. Me diagnosticaron fibromialgia, pero durante años, nunca pude obtener un informe oficial que me lo certificara. La sensación de estar luchando con algo invisible y no tener un diagnóstico claro, ni una solución, me llenó de frustración.
Con el tiempo, los síntomas empeoraron. La fatiga crónica me hizo perder mi capacidad de disfrutar de actividades cotidianas, y el dolor se volvió insoportable. A veces siento que tengo un peso encima que no puedo quitarme, y no importa lo que haga, siempre está ahí. En el trabajo, las tareas simples me agotan y debo descansar con frecuencia. Las noches se volvieron interminables, el sueño es interrumpido constantemente por dolor y falta de descanso. Además, la concentración se ha vuelto un desafío. Las personas que me rodean no entienden lo que estoy pasando, y la soledad aumenta cuando los amigos y la familia no saben cómo ayudar.
He luchado por encontrar tratamientos que alivien mis síntomas. Probé fisioterapia, medicamentos y terapias alternativas, pero nada ha sido completamente efectivo. A veces encuentro algo que ayuda un poco, pero los resultados son temporales. Lo que más me duele no es el dolor físico, sino la falta de apoyo y comprensión. En mi ciudad, los médicos están desbordados, y muchos no tienen el conocimiento suficiente sobre la fibromialgia. Necesito ayuda para poder llevar una vida más llevadera, pero la burocracia y la falta de recursos hacen que todo sea aún más complicado.
Quiero pedir a la sociedad que nos apoyen. La fibromialgia no es algo que se vea a simple vista, pero es una enfermedad real que afecta la vida de quienes la padecen. Necesitamos visibilidad, necesitamos que las instituciones se involucren más, que el sistema de salud nos ofrezca soluciones efectivas y que la sociedad entienda lo que estamos viviendo. Todos merecemos una oportunidad para vivir con dignidad, sin tener que luchar cada día con el dolor, el agotamiento y la incomprensión.
Si alguna vez has sentido lo que yo, o conoces a alguien que lo viva, por favor, ayúdanos a hacer ruido. Ayuda a dar visibilidad a esta enfermedad. Juntos podemos hacer que la fibromialgia reciba la atención que necesita para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. La lucha continúa, y cada apoyo cuenta.