Pregunta para Congreso de los diputados

¿Por qué los protocolos de acoso escolar no están funcionando? ¿Cómo podemos actuar para cambiar esta situación?

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Somos la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE), una entidad formada por diferentes profesionales, testigos o familiares de víctimas, todos comprometidos con la prevención del acoso escolar. Fue creada hace 15 años, a raíz del primer caso mediático del suicidio de un menor a causa del acoso que estaba sufriendo. Vimos que había una necesidad muy grande de la sociedad para erradicar este problema, pero que a la vez no había suficientes recursos para ello.

El acoso escolar, al igual que la violencia de género, no se da de la noche a la mañana. Todo empieza con acciones o comentarios más sutiles a los que no se dan importancia. El problema empieza cuando hay una constancia, que va afectando a la autoestima de la víctima. Ante esta situación de indefensión, el abusador va cogiendo cada vez más poder, de modo que los comentarios se convierten en humillaciones, vejaciones, amenazas e incluso agresiones físicas.

Dentro del acoso escolar no podemos obviar el ciberacoso, que empezó hace menos tiempo con el uso de las redes sociales de los menores y ha ido aumentando con los años. La principal característica de este tipo de acoso es que se puede producir las 24 horas del día, mientras que el vis a vis solo ocurre durante las horas lectivas.

De todos modos, no hay que pensar que el ciberbullying es algo autónomo del bullying, sino que es una forma más de perpetuar el acoso hacia la víctima. El ciberacoso suele venir de usuarios del mismo centro escolar donde estudia la víctima. Por tanto, cuando hablamos de prevención, detección y abordaje, funciona de la misma forma tanto en un caso como en el otro, ya que van de la mano.

En España y en la mayoría de las diferentes CCAA existe un protocolo de prevención, detección y abordaje del acoso escolar, pero la realidad nos muestra que la aplicación de dichos protocolos no está funcionando. Se necesitan propuestas y medidas más concretas y contundentes para que luego a la práctica, en los diferentes centros escolares, se aplique de forma efectiva.

Un problema que vemos es la falta de transparencia cuando se abre una investigación. Bajo la excusa de la confidencialidad, la familia de la víctima no puede saber qué cómo se está trabajando en el caso. Además, la persona que ejerce como juez en estas investigaciones es el mismo director del centro, el primer interesado en negar que ha habido acoso escolar en su colegio. Por eso debería haber, por un lado, más transparencia con los padres de la víctima y, por otro lado, la figura de un profesional externo e imparcial que actúe en calidad de juez.

Otra problemática con la que solemos encontrarnos es, por supuesto, la falta de recursos en servicios de acompañamiento para los menores involucrados en el acoso escolar, tanto la víctima como el abusador. En primer lugar, no hay suficientes recursos para ofrecer un acompañamiento psicológico o psiquiátrico al menor afectado. Solo le queda la opción de los servicios privados y, por desgracia, no todo el mundo se lo puede permitir. También necesitamos que los abusadores reciban una reeducación para comprender que lo que ha hecho no está bien y evitar que vuelva a suceder. De nuevo, no hay recursos para proporcionar estos servicios.

Ante esto, queremos dirigirnos a los miembros del Congreso de los Diputados, ya que actuamos en el ámbito estatal, para que nos escuchen, tomen en cuenta las medidas que proponemos, y así entre todos podamos establecer un protocolo contra el acoso escolar efectivo y con garantías. Por ejemplo, en AEPAE disponemos de una estrategia integral, que es el Plan Nacional para la Prevención del Acoso Escolar, que debería aplicarse en todo el Estado.

Se estima que el acoso escolar afecta entre un 9 y un 25% de los menores, dependiendo de cada estudio. Eligiendo el estudio con menor incidencia, estamos hablando de medio millón de niños, niñas y adolescentes que sufren acoso escolar en España. ¡Necesitamos actuar ya!

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