Mi nombre es José Ángel Álvarez Mesa y tengo una enfermedad degenerativa que afecta a mi movilidad: Esclerosis Múltiple. Por eso, el año pasado acudí al Ayuntamiento de Granadilla de Abona para pedir información sobre las viviendas públicas de alquiler y adaptadas a personas con movilidad reducida.

Después de confirmarme que cumplía todos los requisitos para el acceso, presenté la solicitud en tiempo y forma. Misteriosamente, dos meses después, me comunicaron que mis papeles se habían extraviado y que había perdido la oportunidad de acceder a la vivienda adaptada que tanto necesito.

En mi asombro, y después de tratar de solventar el problema, sin éxito, con la empresa municipal que gestiona estas viviendas y con la consejera delegada de vivienda, solicité una cita con el Alcalde de Granadilla de Abona. Él, asumió el error cometido por la administración y nos dijo a mí y a mi familia que se iba a hacer cargo de sufragar los gastos de la obra de adaptación de una vivienda privada arrendada por mí.

Mi familia y yo presentamos un presupuesto de obra de una empresa municipal por 5.461,95€, pero el Ayuntamiento se decantó por otra que ascendía a 7.729,35€.

A los dos días, en septiembre, la empresa comenzó la obra en mi vivienda para mi alivio, pero quién iba a imaginar que mi calvario y el de mi familia empezaba ahí: la rampa de acceso se hizo con granito y es absolutamente resbaladiza para mi silla de ruedas, la ducha adaptada no tiene agua caliente y no colocaron ni pomos ni guías para las puertas corredizas.

Nos encontramos en enero y la adaptación sigue sin terminarse y mi casa sigue patas arriba, con la estructura a la vista y materiales de obra por en medio. Sigo teniendo que bañarme en una bañera sin adaptar en la que ya me he caído dos veces.

En nuestra incansable labor de pedir que el Ayuntamiento termine con lo que se comprometió, hemos ido hasta a los plenos para poner de manifiesto el caso, donde nos han vejado y se han reído de mi y de mi familia. Incluso nos han proferido gritos e insultos por teléfono.

Lo único que queremos es poder vivir tranquilos y en la vivienda adaptada y segura para mí. Esta situación nos está llevando al límite, afectando incluso a mi estado físico por la enfermedad. Ayudadme a que no se olviden de mis necesidades.