Hola, mi nombre es Isidora Palma, soy de la región de Tarapacá y actualmente tengo una red social donde muestro mi huerta orgánica y los productos que estoy cultivando.

Cuando incursioné en el mundo de la huerta, partí pensando que no se necesitaba mucho para comenzar y sembré mis primeros tomates en una fecha contradictoria por lo que se murieron en invierno. Luego empecé a investigar, tomé cursos y busqué mucha más información, esto me llevó a aprender muchísimo y darme cuenta que necesitaba elementos esenciales como buenas semillas, buen sustrato y un sistema de control de plagas orgánicos.

El cultivo orgánico tiene muchos beneficios transversales, en salud, físicos, terapéuticos y también económicos porque comprar comida orgánica en el supermercado o en la feria es caro y uno en la casa lo puede cultivar como el kale, rúcula y el ciboulette, que hoy tienen un alto precio.

Lamentablemente, los emprendedores locales tienen varios problemas y complicaciones, por ejemplo, no puede ser que una empresa millonaria como el grupo Luksic reciba los beneficios de riego porque tiene un buffet de abogados que se encargan de completar los requisitos y un productor local no pueda acceder a los beneficios porque no sabe cómo o no sabe que existe. Hay beneficios que tienen que ser exclusivos para un sector y es el rol del estado acercar estos a quienes corresponden.

Por otro lado, necesitamos que el SAG se convierta en nuestro amigo y no nuestro enemigo, mediante mejor interacción y capacitaciones, sin la incautación intimidante a la pequeña producción que tiene un huerto orgánico en su patio. Si bien deben existir fiscalizaciones, no debería implicar llevarse los productos, porque todas estas acciones hacen ver como si las políticas públicas favorecen y colaboran únicamente con aquellos que exportan o producen en grandes cantidades.

Además, es necesario que exista mayor accesibilidad a la certificación orgánica, porque también hay muchos productores pequeños que no pueden tener certificación y sus semillas son de igual o mejor calidad que las grandes empresas. Esto apoyaría al consumo local y a eliminar los químicos utilizados en la producción tradicional.

La independencia alimentaria tiene que ser más conversada porque se alcanzarían múltiples beneficios para las localidades, ya que si mis vecinos produjeran alimentos nosotros podríamos intercambiar productos. Hoy el huerto es una moda, pero para que sea un mecanismo de vida, tal como hacer deporte, se debe fomentar el cultivo inicial de alimentos en los domicilios.

Necesitamos todos los apoyos posibles, ya que si conseguimos las firmas suficientes esta petición llegará a las autoridades y nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web. ¡Sé parte de la petición haciendo “clic” en apoyar y ayúdanos a difundir!