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Ferran Pedret

Hay que seguir negociando


Una vez conocidos los resultados definitivos de las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, quedó claro que existirían dificultades de todo tipo no sólo para hallar un acuerdo de investidura, sino también para formar un gobierno con suficientes apoyos parlamentarios.

Tras la renuncia del candidato del Partido Popular, ganador de las elecciones pero incapaz de hallar aliados por las políticas practicadas desde el Gobierno, pero también por su forma de relacionarse con otras opciones políticas y por el trato que suele despachar a la oposición, el jefe del Estado encargó la formación de un gobierno al candidato del PSOE, segunda formación en las Cortes Generales. Como resulta comprensible a la vista de los resultados, los votos de las diputadas y de los diputados socialistas no eran suficientes, por sí solos, para superar una investidura, excepto en el muy improbable caso de una abstención del resto de las mayores fuerzas con representación parlamentaria, que en todo caso daría pie a un Ejecutivo de tal debilidad e inestabilidad que sería muy irresponsable tratar de mantener.

Por ello era necesario establecer acuerdos con otras fuerzas. Los socialistas iniciaron el diálogo con el conjunto de las fuerzas políticas, dejando siempre muy claro que la intención del PSOE era impulsar un programa de gobierno progresista que, entre otras cosas, desplazara al PP del gobierno. El PSOE, por tanto, apeló a otras fuerzas de izquierdas, como Podemos, IU o Compromís. De hecho, el PSOE dirigió un primer documento de propuestas a todas estas fuerzas, y también a C's, para alcanzar un acuerdo de investidura que permitiera, a su vez, una mayoría estable para un gobierno de progreso. Éste documento original, y todos los demás que se han ido sucediendo en el debate de las negociaciones de investidura, se pueden consultar en una página que el PSOE ha dispuesto a los efectos de mostrar con transparencia las ofertas realizadas a cada partido o coalición, o los acuerdos alcanzados entre formaciones. Podemos respondió con un documento de contrapropuestas, que a su turno el PSOE atendió, identificando las coincidencias y discrepancias existentes entre ambas formaciones.

Gracias a la voluntad de IU y de Compromís, fue posible una mesa conjunta de negociación que incluyera a estas formaciones, a Podemos y sus aliados, y al propio PSOE, para tratar de aproximar posiciones. Hasta donde tengo conocimiento, parece ser que las conversaciones estaban bastante avanzadas, al menos con algunas de estas fuerzas. Sin embargo, simultáneamente, el PSOE alcanzó un acuerdo de investidura (que no de gobierno), con C's. Este documento, que como se ha dicho es consultable en la página habilitada por el PSOE, identifica los puntos sobre los que descansa el apoyo de C's a la investidura de un Presidente del Gobierno socialista, pero no es necesariamente incompatible con la obtención de otros acuerdos con otras formaciones políticas. Podemos expresó su desacuerdo con el contenido del acuerdo PSOE-C's con carácter inmediato a su anuncio, y posteriormente identificó ocho discrepancias básicas con el mencionado acuerdo de investidura. Aunque el PSOE replicó a las ocho razones expuestas por Podemos mediante un documento específico, e incluso dirigió documentos específicos a cada una de las formaciones de izquierda antes citadas (todos consultables en la página del PSOE), la retirada de Podemos de la mesa de negociación arrastró a las demás formaciones de izquierdas, con el resultado hasta hoy conocido: dos votaciones de investidura fallidas, en las que Pedro Sánchez obtuvo el apoyo de PSOE, C's y Nueva Canarias primero, y de PSOE, C's, Nueva Canarias y Coalición Canaria después.

Pese a todo ello, los socialistas no renunciamos a acordar con las demás formaciones de izquierdas del Congreso para tratar de lograr un gobierno alternativo al del PP, que de momento es el que sigue ejerciendo en funciones. Es cierto que esto resulta difícil mientras C's y Podemos consideren que acuerdos con unos y con otros son mutuamente excluyentes (aunque parece que no siempre fue así), pero no es menos cierto que no hay otra fórmula que pueda garantizar, a la vez, la investidura y la gobernabilidad del país. Nosotros creemos que es posible identificar las discrepancias, tratar de salvar las que sea posible salvar, orillar las insalvables si es que no se consideran absolutamente impeditivas de un acuerdo, y fundamentar el acuerdo sobre las coincidencias. De hecho, en otras latitudes en las que es más frecuente, por la composición habitual de sus parlamentos, que se produzcan acuerdos multipartidistas para la investidura de un presidente o presidenta, o para la formación de un gobierno, es habitual que se alcancen acuerdos de investidura con contenidos distintos, pero no radicalmente incompatibles, con distintas fuerzas políticas (lo que suele ser más fácil que alcanzar un acuerdo entre varias fuerzas políticas).

El acuerdo del PSOE con C's es, en gran medida, fruto de esta forma de abordar las negociaciones. Obviamente, el acuerdo no se correspondre estrictamente con el programa electoral del PSOE y sus propuestas para España, ni tampoco a los planteamientos de C's, sino que detalla los acuerdos entre ambas formaciones para apoyar una investidura. Ni es cierto, como afirma Podemos, que el PSOE se haya rendido a C's, ni tampoco lo es, como afirma el PP, que C's se haya rendido al PSOE. Uno de los problemas que se está poniendo de relieve en este proceso poselectoral es la percepción, bastante generalizada, de cualquier acuerdo como una claudicación o abandono de los propios principios y valores. No es así. Se mantienen intactos unos y otros, como ocurriría en caso de un acuerdo entre PSOE y Podemos, que tampoco implicaría la renuncia, por parte de ambos, a los objetivos propios que no hubieran quedado reflejados en el pacto. Lo que no es óbice para constatar la realidad de unos resultados electorales que fuerzan el establecimiento de acuerdos a varias bandas, o bien al adelanto electoral, sin visos de grandes cambios respecto a la actual composición de las Cortes Generales. Por ello los socialistas siguen abiertos a la negociación con todas las fuerzas de la izquierda parlamentaria, para tratar de alcanzar acuerdos, como ha sido posible ya en algunas ciudades y comunidades autónomas.


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Ferran Pedret
 Pregunta ¿Qué opinas del acuerdo entre Pedro Sánchez y Rivera?

Un acuerdo con Rivera no parece lo más deseado con los catalanes. Sabemos muy bien los socialistas de aquí, de qué pasta está hecho ciudadanos. Y la verdad, no comprendo que no se negocie con las fuerzas de izquierdas.

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Usuario Anónimo Usuario Anónimo
12 de 10 Apoyos
07.03.2016

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