Soy Adrián y he superado una leucemia linfoblástica aguda. 
 

Soy de Valencia pero vivía en Filipinas antes del diagnóstico. Me notaba muy cansado pero lo achacaba al estrés del trabajo y cuando vine a España durante las vacaciones de Navidad, la analítica lo mostró claro. 

Esta leucemia es más común en niños por lo que existe mucha investigación para el tratamiento en infantes. Si bien, no se investiga tanto en nuevos fármacos para adultos diagnosticados. 
 

Después de los ciclos de quimioterapia, me quedó un 0.2% de enfermedad residual. En la balanza de los pros y los contras, deciden realizarme un trasplante de médula de un donante alemán anónimo que era totalmente compatible conmigo. 

El trasplante de médula es la forma en la que el tratamiento se cierra con seguridad. Por eso, siempre que puedo, invito a todas las personas que conozco a que se informen sobre cómo hacerse donantes de médula. Porque sé que donar médula salva vidas como la mía. Os dejo un enlace con mas información sobre como ser donante: http://medulaosea.ont.es/
 

No obstante, el problema del trasplante de médula es que, muchas veces, se realiza sin garantías de un resultado óptimo. Existen complicaciones que no se pueden prever. Uno de los problemas más graves derivados es el EICH (enfermedad de injerto contra huésped) que puede afectar a diferentes órganos del cuerpo haciendo que dejen de funcionar correctamente. Además, este efecto secundario suele combatirse con corticoides lo que hace que, además de que se te hinche el cuerpo y no te reconozcas ni a ti mismo en el espejo, afecte a las articulaciones y dificulte los movimientos. 
 

Ya ha pasado un año desde que me trasplantaron y parece que no me ha causado ningún efecto secundario grave. Pero quiero utilizar esta plataforma para visibilizar que, aunque cada vez más personas superan el cáncer, existen muchos efectos posteriores que siguen necesitando nuevos y mejores tratamientos , sobretodo, una mayor investigación para poder minimizarlos. Los pacientes oncohematológicos necesitamos saber que hay garantías de poder tener una buena calidad de vida después de recuperarnos del cáncer. 
 

Por eso, le pido a los políticos de las Cortes Valencianas que inviertan más recursos en la investigación de nuevos tratamientos para prevenir y tratar la enfermedad de injerto contra huésped (EICH) como efecto secundario del trasplante de médula.